Inmersos en una ola de altas temperaturas, el riesgo de sufrir un golpe de calor crece especialmente en determinados colectivos, como es el caso entre la población de más edad, entre personas que toman determinados medicamentos y entre enfermos crónicos con cardiopatías, problemas respiratorios, diabetes o hipertensión.

Por ello los especialistas recuerdan la importancia de adoptar todas las medidas necesarias para prevenir su aparición, aprender a identificar los síntomas y conocer las pautas para actuar a tiempo.

Para ello indicamos una serie de medidas básicas como:

• Evitar el ejercicio físico en las horas de calor intenso o muy baja humedad, permanecer en lugares frescos y no desplazarse en las horas de más calor, salvo que se haga en vehículos con aire acondicionado.
• Hidratarse a lo largo de todo el día incluso aunque no se tenga sed, ya que las personas mayores o que toman determinados tratamientos no sienten la necesidad de beber. Y por supuesto “no recurrir a bebidas alcohólicas, sobre todo si son de alta graduación”.
• Ingerir comidas ligeras: alimentos ricos en líquidos y sales minerales (frutas, verduras, ensaladas, zumos…). Mantener los alimentos en el frigorífico y vigilar las medidas higiénicas.
• No dejar en el interior de un coche estacionado a niños o ancianos con las ventanillas cerradas.
• Elegir prendas adecuadas, ropa de algodón y de colores claros y protegerse con gorras, viseras, gafas de sol, etc. son otras de las medidas básicas de prevención. Y, por supuesto, consultar con el médico si se están tomando determinados fármacos como diuréticos, tranquilizantes o anticolinérgicos.
• Para cualquier emergencia, llamen al 112.