Donde hay olivos no se ponen placas

Autor: Francisco García Montoya

(El autor es agricultor, licenciado en Ciencias Geológicas por la Universidad de Granada, doctorado en Botánica por la Universidad de Córdoba y Catedrático numerario de Bachillerato jubilado).

 

En mi pueblo, Cabra (Córdoba), a los olivos picuales les llaman “marteños” porque al parecer los primeros que llegaron venían de Martos (Jaén). En Nueva Carteya (Córdoba) a los olivos picuales los conocen como “lopereños” porque inicialmente muchos de los que fueron plantados ancestralmente en este término municipal procedían de Lopera (Jaén). Ahora a los olivos de Lopera, seguro que muchos de ellos centenarios, los están arrancando y haciendo leña, algunos se escaparán del fuego de las chimeneas o de las centrales térmicas y es posible que con suerte terminen su vida adornando algún jardín en chalets, casas de campo, márgenes de autovías o en parques públicos. Su vida productiva se ha acabado y con ella la vida productiva de sus antiguos propietarios muchos de los cuales han cedido voluntariamente sus tierras en arrendamiento a las empresas privadas fotovoltaicas. Otros, sin embargo, haciendo uso de su libertad, que ya empieza a faltar en muchos aspectos de nuestro país, se negaron a perder sus explotaciones olivareras que eran su medio de vida y no quisieron ceder sus tierras en arrendamiento a las empresas privadas fotovoltaicas. Como dichas compañías privadas, para redondear su negocio y hacerlo posible necesitaban más superficie de la que habían conseguido mediante arrendamientos voluntarios, entonces recurrieron a la Junta de Andalucía la cual ni corta ni perezosa e invocando la “utilidad pública” decretó la expropiación forzosa de todas aquellas explotaciones olivareras que las empresas privadas necesitasen para instalar sus parques solares.

Me dirán, bueno, usted es de Cabra ¿Por qué se preocupa por lo que sucede en Lopera (Jaén)? Pues, porque se me viene a la memoria un proverbio español que dice que “cuando las barbas del vecino veas cortar echa las tuyas a remojar”. En mi pueblo van a instalar parques solares en tierras que los propietarios han cedido en arrendamiento a las industrias privadas fotovoltaicas. En este caso no hay expropiaciones porque en la presentación del proyecto uno de los representantes de las empresas privadas explicó que tenían satisfechas sus necesidades y que no era necesario en este caso recurrir a expropiaciones. Pero, al decir esto quedó implícito que si lo necesitasen podría ocurrir como en Lopera (Jaén). Supongamos que el año que viene o el siguiente a estas compañías privadas les interesase ampliar su capacidad de producción de energía eléctrica, entonces tratarían de arrendar parcelas colindantes a las que ya disponen y si los propietarios no entraran por el aro recurrirían a la Junta de Andalucía la cual de manera servil e invocando la “utilidad pública” expropiaría de forma forzosa las parcelas que hicieran falta a las empresas privadas fotovoltaicas. Así que, los colindantes de estos parques fotovoltaicos ya saben lo que les puede suceder.

Bajo mi punto de vista y en este caso, la “utilidad pública” se puede invocar por dos razones básicamente:

Primera, porque hay que descarbonizar la atmósfera dado que el CO2 es muy malo y tenemos que dejar de producirlo razón por la cual necesitamos las energías llamadas “limpias”, digo esto último porque cuando se analizan los costes ocultos de por ejemplo la energía fotovoltaica resulta no ser nada limpia. Además, se ha demostrado por activa y por pasiva que la milonga del calentamiento global y/o cambio climático causado por el hombre es un paradigma absolutamente falso, es la mentira del milenio, que ha sido presentada como verdad a base de manipulación pseudocientífica, política, mediática y de mucha repetición por parte de los medios subvencionados. Ya sabemos que una mentira repetida un millón de veces llega a establecerse como verdad. También sabemos que cuando se consigue establecer firmemente un paradigma, aunque sea falso es muy difícil desbancarlo y sustituirlo por otro, no hay más que leer el libro de Thomas Kuhn “Estructura de las revoluciones científicas” (Thomas Kuhn, 1962).

Segunda, porque España necesita energía eléctrica, sin embargo, cerramos las centrales térmicas y no contentos con cerrarlas las desmantelamos para que nunca puedan volver a ponerse en funcionamiento y lo hacemos porque producen mucho del peligrosísimo CO2 según postula el falso paradigma del calentamiento global causado por el hombre. También cerramos y desmantelamos las centrales nucleares que no producen CO2 y cuyo coste de desmantelamiento ronda los 70.000 millones cuando construirlas cuesta 30.000 millones. Hacemos esto obedeciendo dictados de centros de poder que no hemos votado ni votaremos nunca y que no persiguen los intereses de los ciudadanos sino los suyos propios.

La Unión Española Fotovoltaica (UNEF) dice que la instalación de los parques solares abre grandes posibilidades a los ayuntamientos rurales porque multiplican los ingresos en forma de tributos. Dicen, se trata de “cantidades muy importantes que luego repercuten en una mejora de los servicios del pueblo”, esto lo resalta D. José Donoso director general de UNEF.

Vamos a ver, según eso tendremos ayuntamientos rurales ricos llenos de ciudadanos rurales pobres, agricultores fallidos, fracasados, en su mayoría, porque les han quitado su medio de vida familiar y tradicional para favorecer a una serie de empresas privadas que habrá que ver quiénes las han constituido, quiénes son sus directivos, qué relaciones tienen con los ambientes políticos e institucionales, y dónde acabará el dinero de sus beneficios. Digo que les han quitado porque, aunque muchos habrán caído voluntariamente en el canto de sirena de recibir una buena renta durante 35 años sin tener que mover un dedo durante el resto de su vida, ya que 35 años son muchos años, a otros para redondear el negocio de las compañías fotovoltaicas la Junta de Andalucía les expropia sus tierras, sus olivares, que llevan cultivando varias generaciones invocando la “utilidad pública”. ¿El bien público de quién? ¿Es que sustituir olivares por campos solares aporta mayores beneficios ecológicos y sociales que mantener los cultivos de olivar y las tradiciones locales muy ligadas al trabajo agrícola? Según el señor Donoso el bien público se centra en que los ayuntamientos van a recibir más dinero a la par que los ciudadanos serán cada vez más pobres lo que conducirá a que las nuevas generaciones tengan irremisiblemente que marcharse buscándose la vida en otros lugares y acentuando el efecto “España vaciada”.

Según el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación en un documento titulado “Extensión de los parques fotovoltaicos en España” asegura que hacia finales del 2024 la superficie agrícola reconvertida en parques solares es solo el 0,2% de la superficie agrícola útil del país y que presumiblemente en los próximos años (sin especificar cuantos) como mucho llegará a duplicarse dando a entender que eso no es nada y lo repiten machaconamente. Esto es una actitud cínica y despreciable porque pone de manifiesto cómo se interpreta la importancia de un valor de porcentaje según convenga. Cuando se trata de este asunto de destruir tierras de cultivo habiendo superficies improductivas que serían idóneas para eso un 0,2% o un 0,4% nos dicen que no es nada. Sin embargo, cuando se trata de meternos con calzador la importancia del CO2 en el cambio climático y la necesidad de terminar con la ganadería, los coches de combustión, las centrales térmicas y toda esta política de las energías verdes que lleva a los asuntos de los que estamos tratando, entonces resulta que un 0,04% de CO2 en la atmósfera es muchísimo cuando realmente es nada. Además, efectivamente, un 0,2% o un 0,4% de las tierras de cultivo de España es muy poco, ¿pero, por qué vamos a prescindir de fértiles tierras de cultivo fastidiando la vida de personas que han sido y quieren seguir siendo agricultores y personas libres habiendo en España multitud de tierras improductivas desde el punto de vista agrícola? Por otra parte, gran parte de las tierras improductivas del país son de propiedad pública por lo que se ahorrarían las expropiaciones forzosas a ciudadanos privados y el malestar social que ellas producen.

Recuerdo una anécdota del escritor de nuestro Siglo de Oro, Francisco de Quevedo y Villegas, que narraba un gran amigo mío en una de sus muy amenas e instructivas charlas sobre historia: resulta que en aquella época era común que la gente se meara por las calles y para hacerlo aprovechaban los rincones que había en las mismas, los dueños de las casas para evitar esta circunstancia hacían una hornacina en dichos rincones y ponían un santo, así la gente dejaba de mearse en el lugar. Quevedo que al parecer las pillaba diarias y gloriosas en las tabernas de Madrid tenía la costumbre de mearse siempre en el mismo rincón cuando volvía a su casa bien cargado. Un buen día el propietario hizo su hornacina y colocó en ella un santo, pero al día siguiente cuando pasó nuestro escritor volvió a mearse sin respetar el santo. Al otro día el propietario puso sobre el santo un cartel que decía “donde se ponen los santos no se mea” y a la noche siguiente Quevedo volvió a mearse en el santo y dejo un cartel que ponía “donde se mea no se ponen los santos”.

Pues,

            “Donde hay olivos no se ponen placas”.

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Chavi Nandez
Chavi Nandez
2 meses hace

En mayo estrenamos nuestro último trabajo documental ‘ Renovables forzosas’ ‘ y que dará la vuelta por la península alertando de la cara oculta de las renovables.

Francisco
Francisco
Contestar a  Chavi Nandez
2 meses hace

Deseando verlo.
Cuenta con nosotros si organizáis algo.

FRANCISCO
FRANCISCO
Contestar a  Francisco
2 meses hace

Estamos en Cabra. ¿Y vosotros?

FRANCISCO
FRANCISCO
Contestar a  Chavi Nandez
2 meses hace

Soy el autor del artículo. Me gustaría contactar con vosotros por si es posible organizar algún acto o charla sobre el asunto sangrante de los parques solares.

Chavi
Chavi
Contestar a  FRANCISCO
2 meses hace

Estimado Francisco, a finales de mayo y durante los siguientes meses esperamos estrenar el documental en las localidades que nos han solicitado y reservado fechas para ello. Estamos a vuestra disposición al igual que del resto de asociaciones y localidades que quieran proyectar el documental. Tenéis más información de nuestros documentales en Bordonadafilms.com

FRANCISCO
FRANCISCO
Contestar a  Chavi
2 meses hace

Me gustaría hablar con usted . Mi teléfono es el 649018009.

Adela
Adela
2 meses hace

Es bueno saber q ahi personas q estan por el pueblo..todos deberiamos hacer actos como estos y no callar..muy buena iniciativa!!

FRANCISCO
FRANCISCO
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2 meses hace

Gracias Adela. Si no reaccionamos seremos lo que quieren que seamos, un rebaño de ovejas.

Agustín
Agustín
2 meses hace

El artículo se olvida de la ratio legis que da lugar a que los políticos legislen y sean permisivos, a sabiendas de qué prevarican, la maldita AGENDA 2030.

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