La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural ha puesto ya a disposición de los ayuntamientos un total de 40 millones de euros para la mejora de caminos rurales “en el máximo número posible de municipios” de la comunidad autónoma. Así lo ha puesto de relieve el titular del departamento, Rodrigo Sánchez Haro, según ha detallado, con una red de más de 50.000 kilómetros de estas infraestructuras “básicas”.
Rodrigo Sánchez ha expuesto que “ante estas dificultades y con la meta de beneficiar a la mayor cantidad de pueblos se ha efectuado un reparto equitativo, con una primera asignación de cinco millones por cada una de las ocho provincias. La convocatoria, que tiene en cuenta conceptos como la longitud del camino, la existencia de vías alternativas y el servicio que presta (explotaciones, espacios de uso común de cooperativas y alhóndigas), se realiza, además, en concurrencia competitiva a nivel provincial, “para evitar, precisamente, que los criterios de selección primen las inversiones en un territorio frente a otro”, ha alegado.
En esta misma línea, la cuantía máxima de la subvención, en función de las características de cada provincia, se establece entre los 150.000 y los 300.000 euros, con una cantidad mínima de 25.000 euros. La cifra, como ha aclarado el titular de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, se ha estipulado en función de la tipología de los caminos de cada zona, ante la existencia, por ejemplo, de vías más pequeñas y cortas en Granada o más largas y amplias en Sevilla o Córdoba. De igual modo, cada entidad local sólo podrá presentar una solicitud de ayuda por camino y convocatoria y tiene, asimismo, un tope máximo de subvención para el total del marco comunitario.
OTRA CONVOCATORIA EN 2018
La partida dirigida a los ayuntamientos, tal y como ha anunciado Rodrigo Sánchez, tendrá continuidad en 2018 con la convocatoria de otros 24 millones de euros (tres millones para cada provincia). “Lo hacemos”, ha sentenciado, “para auspiciar la ejecución de proyectos y obras que inciden, de un modo directo, en el aumento de la competitividad de la actividad agraria y favorecen, a su vez, la vertebración del territorio”. No en vano, como ha proseguido, se mejora la conexión entre los núcleos urbanos con los centros de producción, se facilitan los desplazamientos de los trabajadores, la maquinaria y los equipos necesarios a las explotaciones agrícolas y ganaderas y se reducen el tiempo y los costes de la salida de los productos agroalimentarios hacia los mercados.