José Antonio Campos, un obrero del cine español

El sábado 14 abril, con motivo del 169 aniversario desde que la reina Isabel II le otorgara la concesión de ciudad a Cabra, el Teatro “El Jardinito” reunió a varios artistas egabrenses para homenajearles en nombre de las Artes Mayores.

El sábado 14 abril, con motivo del 169 aniversario desde que la reina Isabel II le otorgara la concesión de ciudad a Cabra, el Teatro “El Jardinito” reunió a varios artistas egabrenses para homenajearles en nombre de las Artes Mayores.

El séptimo arte, el cine, fue representado por el guionista José Antonio Campos, quien reside actualmente en Madrid. Editor, realizador y postproductor en televisión, acepta cualquier proyecto de aprendizaje, como el sí quiero que ha dado a la docencia. Inquieto, trabajador honesto e incombustible y autónomo. Defensor del cortometraje español, confiesa a este periódico que las instituciones deberían respaldar económicamente a los artistas nacionales o, tan siquiera, valorarlos.

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Pregunta:  Imagino que el oficio de un guionista no responde a una vida lineal sino a una constante exigencia creativa.

Jose Antonio Campos: Realmente es un oficio que está poco valorado en España. Hay muchísimos guionistas y dedicarte a ello solo es prácticamente imposible. Cuando acabas de trabajar dentro del sector audiovisual empiezas con un nuevo proyecto y cuando no tienes mucha financiación o ayudas, el guión debes adaptarlo a lo que sabes que puedes rodar en ese proyecto. Siempre piensas en localizaciones que no supongan una grandísima producción aunque siempre intentas hacer cosas mejores. A día de hoy, escribo guiones más libres. Compagino siempre la escritura con el oficio.

P: Hasta el momento, solo has dirigido cortometrajes. ¿Qué tienen de especial?

JAC: Que cuenta en muy pocos minutos algo que muchas veces los largometrajes no cuentan en dos horas. Resumes mucho una secuencia ya que con una mirada del actor o con una frase consigues un trasfondo que a veces una película tarda en hacer veinte minutos. Además, me permite compaginarlo con otros trabajos. Esto me ayuda como aprendizaje para cuando podamos dar el paso al largo, ahora mismo estamos en desarrollo pero muy contentos con lo que tenemos entre manos.

P: ¿Se puede vivir de esto del cortometraje?

JAC: En España no, en otros países sí. Es una pena porque en los mejores festivales del mundo están los cortometrajes españoles, hay mucho nivel, pero aquí no se apoya. Nosotros hemos recibido muchos premios que ayudan económicamente para poder financiar el proyecto siguiente pero ayudas y subvenciones nunca hemos recibido para ningún proyecto.

P: ¿Cuánto tiempo abarca el proceso de producción de un cortometraje hasta la venta del mismo?

JAC: Esto es algo relativo. A veces dura poco cuando ruedas algo pequeñito, pero cuando tienes una producción con un equipo detrás de 30 personas,  puede llevar cinco o seis meses solamente la pre producción. Desde que escribes el guión, consigues financiación y el equipo, conlleva tiempo porque es un proyecto personal que compaginas con tu trabajo, “3 gramos de fe” tardó un año desde su guión al acabado final.

P: En 2017, crea el cortometraje “3 Gramos de Fe”, protagonizado por Rosario Pardo, que ha recibido 15 premios (en galas como la del Festival de Cine y Vino de La Solana en Ciudad Real, Festival de Cine Andaluz de Burguillos o el Rivas Vaciamadrid. Finalista en el Festival de Cagilari en Italia y ahora te nominan en Buenos Aires. ¿Has comprado el billete para Argentina?

JAC: (Ríe). A la hora de cruzar el charco hemos tenido un montón de selecciones. Pero el trabajo no me permite ir.  Al final, yo soy un obrero del cine español. La gente tiene puesta la mente en la alfombra roja y nada es lo que parece, muchos actores/actrices que conozco tienen que compaginar su profesión con otros trabajos muy precarios, la gente se asombraría de verdad. Por eso es difícil sacar proyectos adelante, no solo por el esfuerzo que supone sino por tener la voluntad de llevar todo para delante. “3 gramos de fe” está funcionando de una manera impresionante y nos está beneficiando mucho.

P: ¿Es ésta su creación más laureada?

JAC: Hasta el momento sí. “Me parto”, en 2015, también tuvo bastantes premios, selecciones y buenas críticas. Pero “3 gramos de fe”, a nivel de producción, es lo más gordo que he hecho hasta el momento.

P: Además del mundo del cine, también se dedica a la edición, realización y postproducción en televisión y agencias de publicidad. ¿Cómo lo compagina todo?

JAC: Soy una persona muy inquieta. Lucho por dedicarme al cine y así lo entiendo. Necesito siempre mi agenda para organizarme bien, si planificas bien las cosas te aseguro que un día puede ser muy productivo. Lo bueno de ser tu propio jefe es que te limitas tu propio tiempo para organizarte con tus proyectos. Me gusta actualizarme y estar en constante formación dentro de mi profesión, y si me proponen retos que me llamen la atención y crea que me pueden beneficiar en mi currículum lo hago sin pensarlo. Este año me propusieron dar clase y lo acepte también. Al final cada trabajo que hago es distinto, aunque este dentro del sector, eso me hace siempre estar en constante creatividad.

P: Usted es la prueba de que en España y en Andalucía, concretamente, hay talento para el cine. Lo que falta, quizás, es el respaldo de las instituciones.

JAC: El proceso burocrático es muy difícil, hay mucho papeleo. Al final empiezas a buscarte la forma de conseguir una autofinanciación porque no puedo escribir un guión y esperar un año a recibir una ayuda, si es que la hay.

P ¿Por qué está tan mal reconocido el cine español en nuestro país?

JAC: Después de diez años, en los cuales nunca he recibido una ayuda, podría tener más opciones de conseguir una subvención pero aquí es difícil. En Andalucía se da un premio que lo concede la televisión pública y desde hace ocho años no tiene dotación económica. Qué menos que si quieres potenciar a un andaluz y poner su corto en la televisión pública, pagues para incluirlo en tu parrilla solo para que el artista siga creando y produciendo nuevos proyectos. En Francia haces un corto y si lo coge la televisión pública, consigues unos contratos económicos muy importantes que te permiten dedicarte casi exclusivamente al corto. Por suerte, las nuevas televisiones a la carta como Movistar están comprando cortos para su canal de televisión, al menos eso es un paso más hacía delante.

P: Si no cuenta con un respaldo económico sólido, ¿cuál es el futuro del cine? ¿Internet?

JAC: Está bien para empezar, yo empecé en Youtube. Pero llega el momento donde tu tiempo vale un dinero y esa no es la solución. Los festivales, que ya es difícil estar en ellos, son la vía para sacar el rendimiento económico para seguir produciendo.

P: Parte del premio ganado en el Festival Protesta de Barcelona, lo donaste a la asociación egabrense Borrando Diferencias. Pensaste en Cabra.

JAC: Era un festival sobre derechos sociales y parte del premio debía dárselo a una asociación. Justo en esa época era navidad y vine a Cabra, entonces le pregunté a algunos amigos de aquí y conocí “Borrando Diferencias”. Quería ayudar a familias que lo necesitaran de Cabra porque son mis raíces y quiero a mi gente. Hablé con las madres de esta asociación y fue lo mejor que hice. Incluso les dije de hacer en un futuro un documental sobre las enfermedades que pasan sus hijos para dar visibilidad.

P: Representas el séptimo arte, el cine, con la mención honorífica en el reciente acto conmemorativo del 169 aniversario de la concesión del título como ciudad a Cabra.

JAC: Yo estoy encantado de estar presente en Cabra. Siempre llevo a Cabra dentro, de hecho, aquí es donde empecé a grabar. No me esperaba tal mención porque creo que me queda mucho pero es un orgullo haberlo recibido.

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