Los hospitales de la Agencia Sanitaria Alto Guadalquivir advierten sobre los peligros del cáncer de piel y el calor

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Los hospitales de la Agencia Sanitaria Alto Guadalquivir, -los comarcales de Andújar y Montilla, y los de Alta Resolución de Sierra de Segura, Alcaudete y Alcalá la Real, en Jaén, y Puente Genil y Valle del Guadiato, en Córdoba- están llevando a cabo a lo largo de estas semanas (coincidiendo con la celebración del Día Europeo de la Prevención del Cáncer de Piel, fechado el 13 de junio) la campaña informativa que cada año se desarrolla entre sus usuarios y pacientes para prevenir problemas que se intensifican en verano con los efectos de las altas temperaturas, como el cáncer de piel, el golpe de calor o las intoxicaciones alimentarias.

Para ello, están instalando en sus centros hospitalarios mesas informativas en las que profesionales sanitarios, con la colaboración de distintas juntas locales de la AECC, facilitan a los usuarios recomendaciones y consejos sobre la importancia de protegerse correctamente del sol, así como las medidas que hay que tomar ante las elevadas temperaturas del período estival. También se indica cómo hay que cuidar a las personas más frágiles (niños, enfermos y ancianos), aumentando la atención sobre ellos ante determinadas situaciones, y qué precauciones tener para evitar intoxicaciones alimentarias o deshidratación, entre otras cuestiones.

Otra de las actividades que se están realizando es entregar abanicos de cartón con consejos de fotoprotección solar, junto a folletos y material informativo editado por la Consejería de Salud y Familias con consejos sobre el tipo de piel y los factores de protección recomendados, cómo tener unas vacaciones sanas, comer adecuadamente, hidratarse o hacer deporte de manera saludable en verano. Esta campaña está apoyándose también en los mensajes que se están enviando a los pacientes del centro usando como soporte el reverso de las cartas de citación.

Peligros de la exposición solar

Los profesionales sanitarios que participan en estas mesas insisten en la necesidad de vigilar la evolución de los lunares y manchas de nuestra piel, para controlar, mediante autoexploraciones, la posible aparición de melanomas, un tumor maligno de la piel muy agresivo y con una gran capacidad para crear metástasis con rapidez. En este sentido, la detección precoz resulta clave de cara al diagnóstico y la supervivencia. De ahí que sea fundamental estar pendiente de los primeros signos, que son la aparición de manchas marrones o negras y un cambio de color de la zona en cuestión.

En España, las tasas de incidencia de melanoma se han triplicado en los últimos 20 años en ambos sexos, siendo más elevada en mujeres. Por otro lado, las tasas de cáncer cutáneo no melanoma -los más frecuentes son los llamados carcinomas espinocelular y basocelular- se han duplicado en este mismo período, siendo más elevada en varones. Se estima que una de cada seis personas padecerá un cáncer de piel a lo largo de su vida. Además, no hay indicios de que esta tendencia vaya a disminuir en los próximos años. Por el contrario, diversos factores como el envejecimiento de la población, la reducción de la capa de ozono y los hábitos de vida o deporte al aire libre, predicen incluso un empeoramiento de la situación, de ahí la importancia de incidir en la prevención.

A pesar de su gravedad, los especialista en Dermatología resaltan que el cáncer de piel puede evitarse con unos hábitos adecuados de fotoprotección desde la infancia: evitando la exposición solar sobe todo al mediodía; poniéndose a la sombra; reduciendo la exposición solar directa mediante el uso de ropa, sombrero, gafas de sol y cremas fotoprotectoras siempre que se realicen actividades al aire libre; y en cualquier caso, evitando el empleo de cabinas de bronceado artificial con intención cosmética.

Para proteger la piel del sol es necesario utilizar cremas protectoras adecuadas, con un factor de protección no menor de 30 y mayor de 50 para aquellas personas que tienen una piel muy sensible o sufren enfermedades agravadas por el sol. Además, hay que aplicar la protección correctamente, sobre la piel seca, en cantidad suficiente, 30 minutos antes de la exposición, y renovándola con frecuencia, sobre todo, si se está en contacto con el agua.

Altas Temperaturas

Como cada año, la Consejería de Salud y Familias ofrece en su web ‘Verano y Salud 2019. Cuidados frente al calor’ (http://www.easp.es/tu-salud-en-verano/) consejos de índole general ante la subida de temperaturas que pueden ayudar a combatir los efectos del calor en el organismo, referidos a alimentación, cómo tomar el sol, montar en bici, precauciones en la playa o la sierra, accidentabilidad, etc. Así, se recomienda evitar las salidas y actividades físicas en las horas de más calor, y mantenerse a la sombra. Es aconsejable vestir ropa ligera y amplia (de algodón, por ejemplo), de color claro y llevar la cabeza protegida. También se recomienda cerrar las ventanas y cortinas en las fachadas expuestas al sol y mantenerlas cerradas mientras la temperatura exterior sea superior a la interior. Por otro lado, hay que tener especial atención con las personas mayores y niños o con enfermos pluripatológicos, que son más susceptibles al exceso de calor ambiental y corren un mayor riesgo de deshidratación.

Además, se aconseja permanecer en las habitaciones más frescas del domicilio, ducharse o bañarse varias veces para refrescar el cuerpo o humidificar las ropas. Es importante que se beba abundantes líquidos (agua, zumos…), incluso sin sed e intentar no consumir bebidas alcohólicas y tomar frutas y verduras.

También durante el verano es cuando se debe extremar al máximo el cuidado de los alimentos con el objeto de evitar las intoxicaciones alimentarias. La causa es la inadecuada conservación y manipulación de los productos alimenticios, debido a las elevadas temperaturas, que favorecen la propagación de virus y bacterias. Para ello, se recomienda extremar la limpieza de los alimentos frescos, no romper la cadena del frío, organizar adecuadamente la comida en el frigorífico y evitar alimentos que contengan huevos frescos en caso de excursiones.

Igualmente, en esta época se realizan actividades deportivas, muchas veces sin suficiente protección contra el calor, que pueden tener consecuencias para nuestra salud. Entre estos efectos se incluyen los calambres por calor, habituales en personas que hacen ejercicio intenso y prolongado, la deshidratación en personas que sudan profusamente, por lo que pierden agua y electrolitos, y el agotamiento por calor, que puede desembocar en un golpe de calor, muy peligroso para la salud.

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