Esta mañana se ha presentado en el Museo Arqueológico Municipal de Cabra la pieza arqueológica del mes, tratándose de un ladrillo con crismón, procedente de la Casilla de la Mora (Cabra) y que data de los siglos IV al VIII en la Antigüedad Tardía.
Durante el acto de presentación, José Luis Arrabal, concejal delegado de Cultura y Patrimonio, ha expuesto que tras su reapertura el museo recibió un total de 9.457 visitas el año pasado, experimentando un aumento de 1.453 registros más que en 2016.
Acompañado del director del Museo Arqueológico Municipal, Antonio Moreno, el concejal de Cultura ha aprovechado la ocasión para presentar una serie de novedades con respecto al yacimiento del dios Mitra. Concretamente, Arrabal ha explicado que los próximos pasos que se van a seguir, con la supervisión científica del arqueólogo municipal Antonio Moreno, se va a proceder a una limpieza somera de la villa para no perjudicar en exceso el suelo y se efectuará un vallado en la zona perimetral para, posteriormente, llevar una excavación de mayor envergadura.
Pieza del mes
El ladrillo con crismón es un ladrillo de cerámica (longitud: 57 cm; anchura: 31,2 cm; grosor: 5,9 cm), con la superficie alisada de forma tosca. La pasta es color rojizo y tiene gruesos desgrasantes de naturaleza caliza.
Presenta una decoración incisa, realizada con los dedos en uno de sus lados: enmarcadas por dos bandas, formadas por cuatro digitaciones situadas en los bordes menores, aparecen dos bandas diagonales cruzadas realizadas con cuatro digitaciones que son atravesadas por otra banda vertical con solo tres digitaciones.
Estas bandas centrales representan las letras griegas I y X dando lugar a un crismón: un anagrama cristiano con las letras iniciales de Jesús y Cristo en griego.
Este ladrillo formaba parte de la cubierta de una tumba de inhumación de una necrópolis rural que se encuentra al noroeste de la ciudad de Cabra, en las inmediaciones de uno de los caminos antiguos hacia Córdoba.
Es evidente que la presencia del crismón en este ladrillo, y en otros semejantes encontrados en la misma necrópolis, muestra que se trata de un lugar de enterramiento de una comunidad cristiana. El anagrama más frecuente del nombre de Jesucristo utiliza las letras griegas P (ro) y X (ji) que son las dos primeras letras del nombre de Cristo en griego.