LAS PLANTAS DE BIOMETANO Y LA MENTIRA DEL MILENIO (PARTE II) “AUNQUE LA MONA SE VISTA DE SEDA MONA SE QUEDA”

Autor: Francisco García Montoya

(El autor es agricultor, licenciado en Ciencias Geológicas por la Universidad de Granada, doctorado en Botánica por la Universidad de Córdoba y Catedrático numerario de Bachillerato jubilado).

 

Continuando con el artículo anterior, seguimos comentando aspectos de los informes presentados en el ayuntamiento de Cabra por las empresas que pretenden instalar en nuestro término municipal las dos plantas de biometano algunos de los cuales resultan inquietantes.

Uno de ellos es el referente al enorme volumen de agua que van a usar las plantas de biometano para poder fermentar lo que ellos llaman materias primas, pero que estrictamente hablando no es otra cosa que mierda. En su informe la empresa Biomethane Initiatives ni siquiera menciona de donde va a sacar el agua necesaria para el proceso de fermentación cuestión que es de vital importancia ya que el agua es un recurso escaso y de primera necesidad para la población. ¿Qué va a salir de la Fuente del Río, del río Cabra, de la depuradora municipal o la traerán en camiones? y en este último caso de dónde vendrá. Imagino que las autoridades locales antes de dar el visto bueno al informe presentado requerirán que la empresa aclare este punto.

En el caso de la planta llamada Hojiblanca Biometano promocionada por El Tejar sabemos que el agua usada será la del alperujo que las almazaras trasladan a la orujera de Cabra. Lo que no aclara esta empresa en su informe es qué origen tendrán las materias primas, léase mierda, que tendrán que añadir al alperujo para conseguir la fermentación ya que los orujos y en general los alperujos desgrasados carecen de los nutrientes necesarios para la actividad vital de los microorganismos fermentadores.

Al hilo de esto último veamos lo siguiente: La empresa Biomethane Inititives, antes Biomargas, tiene previsto construir una planta en Castro del Rio y otra aquí en Cabra, cuando examinamos los informes presentados en ambos municipios para conseguir la declaración positiva de compatibilidad urbanística, que vienen a ser básicamente un corta y pega uno del otro, constatamos que en ambos casos se dice que el área de influencia de cada una de las dos plantas se extiende por un círculo de 75 km de radio, entendiendo por esto que los insumos, básicamente mierda, que lleguen a las plantas desde macrogranjas, depuradoras, etc., tendrán su origen dentro de esos círculos de 75km de radio. Pues bien, si en un mapa haciendo centro en Castro y en Cabra trazamos sendas circunferencias de 75 km de radio podemos observar que las dos circunferencias se solapan ampliamente porque Cabra está a escasos 35 km de Castro y en línea recta a bastantes menos, por tanto, ambas plantas van a competir por quien se lleva la mierda. Además, el Tejar a través de una empresa llamada Hojiblanca Biometano impulsa la construcción de otra planta más en Espejo que está a escasos 8 km de Castro y otra en Cabra que estará situada a solo unos metros de la que proyecta Biomethane Initiatives también en Cabra; y la cosa sigue porque El Tejar quiere construir otra planta en Baena que está a unos 26 km de Cabra y a unos 18 de Castro y en línea recta a bastante menos distancia. Y para colmo parece que, no sabemos quién, proyecta construir otra planta en Lucena que está a unos 9 km de Cabra.

Hagamos la “cuenta la vieja”: Si suponemos que el área de influencia de cada una de las mencionadas plantas fuese también de 75 km y nos vamos al mapa para trazar las correspondientes circunferencias de radio 75 km haciendo centro en Lucena, otra vez en Cabra y luego en Baena y en Espejo observaremos que se solapan todas con todas. Esto es, que todas van a competir entre sí por conseguir la mierda de la que se alimentan. Y lo más curioso es que según los datos de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía las explotaciones ganaderas de la provincia se concentran en el norte de la misma, al norte de la línea del Guadalquivir, mientras que las plantas mencionadas están en la Campiña Alta y Baja, al sur del Guadalquivir, en donde lo dominante es la agricultura. Por tanto, van a tener que ir a buscar la mierda a la otra punta de la provincia con el consiguiente trasiego de camiones emitiendo enormes cantidades de CO2 que según los 2030 es tan malo y contribuyendo al deterioro innecesario de las carreteras.

Una “cuenta la vieja” más, en un estudio publicado por la Asociación Española del Gas (SEDIGAS) el número de plantas de biogás propuestas para instalarse en Andalucía es de 334 y como la comunidad autónoma tiene 8 provincias si dividimos tendremos que a cada provincia le corresponderían unas 42 plantas de biogás. Por otro lado, conocemos por el proyecto de la planta de Mengibar (Jaén) que en la misma se pretenden procesar 146.000 toneladas de mierda al año. Supongamos, tirando por lo bajo, que las plantas que se instalen en la provincia procesen al año solo 100.000 toneladas de mierda cada una, eso supondría que solo en la provincia de Córdoba se necesitarían anualmente 4.200.000 toneladas de mierda y si multiplicamos por 8 obtendremos que en Andalucía se procesarían la friolera de unas 33.600.00 toneladas de mierda y la pregunta es ¿De dónde van a sacar tanta caca? No habrá suficiente porquería para abastecer los insaciables estómagos de estos monstruos de la transición a las energías renovables que propugnan los globócratas que impulsan la puñetera Agenda 2030.

Bajo este punto de vista, me parece un completo disparate logístico esto de las plantas de biogás o de biometano o como quieran llamarlas. Vamos directos hacia la contienda más pintoresca de la historia, “La Guerra de la Mierda”. Habrá una competencia despiadada por ver quien consigue más mierda y esta llegará a estar más cara que el aceite de oliva e incluso hipotéticamente llegará a cotizar en bolsa porque será un bien muy preciado, ¿quién lo iba a pensar? Quizás hasta se importará de otros países ya veremos si con aranceles o sin ellos.

Para terminar, un aspecto que me resulta curioso de los informes de Biomethane Initiatives, de Hojiblanca, de Mengibar así como de otras instalaciones ya en funcionamiento es que insisten en que los edificios de la planta donde se llevará a cabo la fermentación de la mierda irán pintados de color verde para integrarlos mejor en el paisaje haciéndolos más agradables a la vista, de hecho en los informes de Biomethane Initiatives el asunto se aborda en dos ocasiones lo que denota la importancia que se da a este aspecto de pasar lo más desapercibido posible a la atención del ciudadano, que no sepa de donde sale la pestilencia, y si buscan en Internet plantas de biometano observarán que los edificios aparecen siempre pintados de verde en medio de un idílico paisaje pastoril. A mí me recuerda a cuando alguien se tira un pedo silencioso en el ascensor y trata de disimular lo mejor que puede el origen del mismo. Pero, en nuestro caso

“Aunque la mona se vista de seda mona se queda”

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