El pasado día 28 de junio se conmemoró el Día Mundial del Árbol, que fue instaurado en 1969 por el Congreso Forestal Mundial.
Con la celebración anual de esta fecha se pretende recordar y destacar la enorme importancia que los árboles tienen en nuestra vida y en la conservación del Medio Ambiente, creando, de este modo, una mayor conciencia sobre el cuidado de los mismos.
El Día del Árbol es un recordatorio de la importancia de proteger nuestras superficies arboladas. Es un día propicio para promover la movilización de la sociedad, para hacer homenaje a algo que forma parte de nuestras vidas, pero que tendemos a olvidar y a tratar como si fuera un mero objeto más del urbanismo que nos rodea.
Aprovechando este Día, asociaciones, colegios, instituciones, etc., se movilizan creando eventos de diferente índole como plantar un árbol, limpiar bosques, realizar actividades familiares en la naturaleza que permitan descubrir las características de los árboles o cosas tan sencillas como simplemente visitar un parque. Son iniciativas que ayudan a educar y a concienciar a la sociedad desde la raíz, inculcando buenas prácticas a las futuras generaciones, que serán los que nos sustituirán a nosotros en los años venideros.
No obstante, convendría recordar su importancia no sólo el día que se celebra, sino siendo conscientes cada día de la importancia de preservar nuestros árboles, puesto que éstos son indispensables para el funcionamiento de la vida tal y como la concebimos.
La celebración del Día del Árbol nos da la oportunidad de aprender sobre los árboles y tomar las medidas necesarias para hacer del planeta un lugar mejor. Son muchos los motivos por los que los árboles son tan importantes para todos: los árboles nos dan sombra para que nuestros hogares se mantengan frescos los calurosos días del verano; a través de la fotosíntesis, los árboles liberan oxígeno vital para que podamos respirar; los árboles absorben agentes y pequeñas partículas contaminantes del aire que podrían ser perjudiciales para nuestra salud; los árboles nos protegen del viento; los árboles reducen la contaminación acústica; los árboles brindan hogar y alimento a la vida silvestre; eventualmente, los troncos y hojas en descomposición se convierten en tierra y brindan nutrientes que ayudan a otras plantas a crecer; los árboles sirven para fabricar productos tales como: vidrio laminado, jabón, loción bronceadora, corcho, medicinas, papel, perfume, lápices, leña, materiales de construcción, etc.
El Día del Árbol puede ser una excelente excusa para propiciar la reflexión sobre cómo la forma de vida actual nos ha llevado a olvidarnos de que formamos parte de un ecosistema mayor, a recuperar la unión con todos los seres de la naturaleza y a tener una conducta más respetuosa con nuestro entorno natural.
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