¡Qué hastío lo de Cataluña!, ¡que sin vivir por lo que pueda ocurrir el uno de octubre¡, y el Gobierno de España acomplejado y pusilánime no se ha atrevido a dar el paso de aplicar el artículo 155. Puigdemont encabezonado en un referéndum que es ilegal porque así lo ha dictaminado el Tribunal Constitucional y Rajoy miedica que ha nadado y guardado la ropa para que no se le tache de totalitario.
Quedan menos de veinticuatro horas para que se abran los colegios electorales, que no se deberían abrir, pero los que se mantienen en esa postura están en ello hasta el final sin pensar en la consecuencias y la fractura social que han creado y va en aumento, y los que debían impedir que se abran van a quedar como opresores y totalitarios.
Los principales actores, han cavado su tumba política, sí, Rajoy también por una pasividad que ha puesto de los nervios incluso a partidarios, el Referéndum es ilegal, las leyes aprobadas para su puesta en marcha emanan de un parlamento totalitario, reafirmando así su ilegalidad. Nadie en su sano juicio entiende como no están detenidos aquellos que han golpeado nuestra democracia y vulneran nuestra Constitución. Se ha comparado con el golpe de 23 de febrero de 1981, pero mientras en éste en menos de veinticuatro horas el Teniente Coronel Antonio Tejero era detenido y actores como el Teniente General Milán de Bosch y otros, aquí solo oímos que el referéndum no se va a celebrar pero cada vez la tensión social en la calle es mal palpable.
¿Cómo se va a parar esa avalancha de gente que parece no ver la ilegalidad del referéndum sino el derecho a votar, -manipulación del acto que solo beneficia a los que lo convocan- pero que en defensa de este derecho se han sumado actores como aquellos que deberían hacérselo pensar y no aprovechar los púlpitos para ejercer de políticos, esos otros que el uniforme de mossos les viene grande puesto que aunque sean los dirigentes parecen no tener claro cuáles son las funciones de su cuerpo, otros que ejercen de pirómanos cuando su misión es apagar el fuego y por último y más grave aquellos que tienen en su mano la educación de nuestros hijos y no el adoctrinamiento.
Parece que todos tienen claro que el uno de octubre pasará, la vida corre tan deprisa que ahora oímos ¿y el día dos qué?. No podemos especular sobre el día dos, cuando el día uno, no solo Cataluña se habrá fracturado sino que España también se habrá resquebrajado.