Tras la finalización de la XXXI edición de la Cata del Vino “Montilla-Moriles”, el Consejo Regulador de la DOP Montilla-Moriles ha realizado una valoración provisional del evento. La XXXI Cata del vino ha vuelto a conseguir la fidelidad de los Cordobeses y de los visitantes de fuera de Córdoba. Aún cuando la proximidad de este evento a la Semana Santa (tan sólo 3 días desde su finalización) hacía augurar una dificultad mayor en superar los datos del año anterior, la Cata se consolida como el pistoletazo de salida del mayo cordobés y como un atractivo turístico de primera categoría. A ello ha colaborado una benigna climatología.
El Consejo Regulador señala también que Las instituciones públicas y privadas apoyan, sin fisuras, la promoción de los vinos de “Montilla-Moriles”, proporcionando los medios necesarios para que la difusión y la repercusión del evento hayan sido tan satisfactorias.
Además, supone un hecho reseñable el esfuerzo de las bodegas participantes, tabernas y restaurantes, así como del Consejo Regulador en completar un programa amplio y variado de actividades entorno a la XXXI Cata del Vino ha merecido la pena, y ha tenido la respuesta deseada en los visitantes.
En cuanto a la seguridad, no ha habido incidencias reseñables. Las atenciones médicas han sido mínimas para un evento de estas características.
El número de visitantes de esta edición ha superado el de 2013, por lo que, si en aquella ocasión la estimación estuvo entorno a las 80.000 personas, podemos afirmar, provisionalmente, que se ha superado esta cifra.
La estimación provisional de la cifra de negocio realizada por el Consejo Regulador atendiendo a criterios como la inversión necesaria para organizar un evento de este tipo; los medios necesarios aportados particularmente por las bodegas y restaurantes y a los gastos realizados entre el personal de atención (manutención y alojamiento); la cifra de negocio directamente atribuible a la venta de tickets y los ingresos por restauración; la promoción particular entre los clientes de cada establecimiento participante; los ingresos derivados del evento en el resto de negocios de la zona de influencia: bares, cafeterías, locales de ocio, etc. y los ingresos por alojamiento directamente relacionados con los visitantes a la Cata, podemos afirmar que la cifra de negocio supera el millón de euros. A esta cifra habría que añadir el montante de venta de producto amparado que tiene relación directamente con la promoción realizada en la Cata y que, sin duda, es más difícil de estimar, ya que los datos no se conocerán hasta más adelante.