El secretario general del Partido Popular de Córdoba, Adolfo Molina, ha lamentado profundamente el anunciado cierre, en pocos días, de la clínica de oncología de Cabra, y ha manifestado que la Junta de Andalucía es la responsable única de este cierre.
“En reiteradas ocasiones y desde diferentes administraciones públicas, entidades, asociaciones y colectivos se ha pedido a la Junta de Andalucía que llevara a cabo el concierto de los servicios que este centro oncológico venía prestando en Cabra y en todos los municipios de la zona sur de la provincia, y en todas ellas el PSOE en la Junta se ha negado a hacerlo”, dice Molina.
Esta clínica oncológica abrió sus puertas en noviembre de 2008, con la intención de dar cobertura a los enfermos de cáncer que tienen que recibir tratamiento oncológico para superar esta enfermedad, ante el importante déficit existente en la provincia de Córdoba, ya que en la zona sur no existe esta oferta por parte del Servicio Andaluz de Salud (SAS), al carecer de ese servicio el Hospital Infanta Margarita de Cabra. “El fin era muy loable, evitar los desplazamientos de los enfermos de cáncer de esta localidad y de toda la zona sur hasta los hospitales de la capital cordobesa para recibir sus tratamientos, pero una vez más la Junta de Andalucía hace gala de su falta de sensibilidad en la atención a estos enfermos”, dice Molina.
La Consejería de Salud de la Junta ha puesto el coste económico por encima de la atención de estos pacientes oncológicos, que se ven obligados a trasladarse en ambulancia o en taxi recorriendo entre 150 y 200 kilómetros casi a diario para recibir el tratamiento. “La Junta tendrá que dar explicaciones a los enfermos de oncología de Cabra y de la zona sur de la provincia por la falta de sensibilidad en su negativa a concertar los servicios que presta este centro”, dice el parlamentario egabrense.
Molina ha recordado que en el Ayuntamiento de Cabra se presentó una moción de PP y PA pidiendo que el Consistorio, entonces gobernado por el PSOE, instara ante la Consejería de Salud para llevar a cabo este concierto. La moción fue rechazada por los grupos de PSOE e IU en este ayuntamiento.
De igual manera, el Partido Popular ha llevado este asunto en varias ocasiones al Parlamento Andaluz, a modo de pregunta en comisión en 2008 y como proposición no de ley en marzo de 2014, y siempre ha encontrado el rechazo del PSOE y del gobierno andaluz. “La propia Delegada de Salud en Córdoba, Mª Isabel Baena, en mayo de 2009 dejó claro su rechazo al concierto de esta clínica oncológica, justificando que ya se presta ese servicio en el Hospital Reina Sofía”
En marzo de 2014, el Pleno de la Diputación Provincial de Córdoba, a instancias del Grupo PP, aprobó por unanimidad una proposición conjunta solicitando a la Junta la concertación de la clínica oncológica ONCOSUR de Cabra para la atención de los pacientes de cáncer del distrito sanitario del sur de la provincia. “Igualmente, tanto la Consejería de Salud como el SAS hicieron oídos sordos a las demandas del Pleno de la Diputación, estos enfermos de cáncer y de muchas familias cordobesas afectadas por la enfermedad”, afirma Adolfo Molina.
La apuesta y compromiso del gobierno de Susana Díaz con la sanidad y con los enfermos de cáncer es nula, y aquí está la prueba de ello, mantiene el parlamentario popular.
Pero la realidad es aún más injusta, Salud no concierta los servicios de oncología de este centro para los pacientes de la provincia de Córdoba, sin embargo el SAS está derivando a pacientes de Jaén que requieren radioterapia a este centro privado de Cabra habiendo concertado el servicio solo para estos pacientes de Linares o Úbeda, que también tienen que desplazarse desde más de 120 kilómetros para recibir el tratamiento. “No hay concierto para los enfermos de Cabra y del sur de Córdoba, pero si lo hay para los pacientes de Jaén; esta es la forma de gestionar las políticas sanitarias del gobierno socialista de la Junta de Andalucía, donde reina el caos, donde no existe rumbo ni proyecto, y donde la improvisación en la norma habitual de gestión”, concluye Molina.