El Consejo Andaluz del Olivar, órgano asesor compuesto por representantes de la Administración andaluza, el sector y especialistas, ha informado favorablemente sobre el Plan Director del Olivar, instrumento previsto en la Ley del Olivar, para impulsar y desarrollar el sector. Tras su visto bueno por este órgano, el Plan continuará su tramitación administrativa que culminará con la aprobación definitiva en Consejo de Gobierno.
La consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Elena Víboras, que ha presidido la reunión del Consejo, ha destacado que este Plan “es fruto de una acción colectiva, coordinada y comprometida de todos los agentes públicos y privados del sector”, y ha recalcado que desde el primer momento “hemos querido que contase con el mayor consenso posible”.
Víboras ha subrayado que el Plan cuenta con más de un centenar de actuaciones distribuidas en cuatro niveles: explotaciones, industrias y mercados, I+D+ i y formación y construcción del territorio. La consejera ha destacado que se trata de un conjunto de medidas para dar respuesta “a los retos estructurales que todavía tiene el olivar para que en el futuro siga siendo rentable y competitivo”.
El Plan cuenta con un presupuesto de más de 300 millones de euros de gasto público, que se multiplicará con la aportación de inversiones privadas. La financiación pública está garantizada al tener este sector reservado un Subprograma Temático del Olivar, dentro del Programa de Desarrollo Rural (PDR) 2014-2020.
En lo que respecta al primer nivel, las explotaciones, la titular de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural ha reiterado que “desde el Gobierno de Andalucía se pretende propiciar, en colaboración con el sector, la mejora del modelo de explotación olivarera; es decir, no sólo mejorar las estructuras productivas y el manejo, sino también generar mayor valor añadido mediante figuras de calidad o los productos ecológicos”.
En cuanto al segundo nivel, las industrias y los mercados, Elena Víboras ha explicado que el Plan Director del Olivar incentivará la concentración de la oferta y la modernización de las instalaciones, y apoyará la internacionalización y la promoción.
En lo que refiere a I+D+i y formación, el tercer nivel, el Plan pretende garantizar el futuro del olivar invirtiendo en investigación, innovación, transferencia tecnológica y formación, dirigida al sector productor, transformador y a la comercialización, ha apuntado.
En el nivel de construcción del territorio, Víboras ha destacado que “vamos a promover territorios sostenibles del olivar, fomentando la transformación y comercialización local de los productos y aprovechando el patrimonio cultural y natural del olivar, para la diversificación económica y la generación de renta y empleo en el medio rural”.
La consejera ha resaltado que se trata de un Plan “fruto de un trabajo intenso, que hemos tenido que acompasar al diseño del Programa de Desarrollo Rural de Andalucía, para que estuviera en consonancia con las prioridades de la nueva Política Agrícola Común (PAC)”. El Plan Director ha recibido 164 alegaciones, de las cuáles, el 68% se encuentran ya incorporadas en esta última versión del documento. Víboras ha felicitado al grupo de trabajo que se constituyó para la elaboración del Plan y al propio Consejo “por la gran labor realizada en el diseño del mismo”.
El olivar en Andalucía
El olivar es el cultivo más representativo de Andalucía, que cuenta, además, con una enorme importancia económica, social y ambiental. El valor anual de su producción supera los 2.000 millones de euros y genera en torno al 40% del empleo agrario de Andalucía, unas cifras que benefician a más de 300 municipios.
Tiene, además, una destacada implantación territorial, con 1,5 millones de hectáreas de cultivo y un total de 1.500 industrias (entre almazaras, entamadoras, orujeras y refinerías).
El liderazgo indiscutible de este cultivo en Andalucía se debe, igualmente, a que supone más del 40% de la producción mundial de aceite de oliva y el 17% de aceituna de mesa. Asimismo, la Comunidad andaluza juega un papel más destacado en la comercialización mundial, generando valor añadido para esta región. Prueba de ello es la buena marcha de las exportaciones, que en este año ya superan los 1.600 millones de euros en aceite y 367 millones de euros en aceituna de mesa (datos de enero a septiembre de 2014). Un crecimiento que, en el caso del aceite, supone un 52% más que en el mismo periodo de 2013.