La presidenta de la Junta, Susana Díaz, ha asegurado que las 25 propuestas que ha presentado en el Debate sobre el Estado de la Comunidad están «cargadas de sentido común» porque «son fruto de escuchar a los ciudadanos».
Díaz ha destacado en esta batería de iniciativas las propuestas de empleo, pensando en colectivos como los jóvenes, las personas que merecen una segunda oportunidad tras haber perdido su puesto de trabajo o los investigadores que han tenido que salir al extranjero.
Por su parte, entre los compromisos que plantean un blindaje del Estado del bienestar, la presidenta de la Junta ha mencionado el plan de urgencias hospitalarias, que entrará en vigor el 1 de octubre, y el futuro calendario de pago a las empresas que prestan los servicios relacionados con la dependencia, un derecho que Andalucía ha mantenido «a pulmón» a pesar de los recortes del Gobierno central.
El conjunto de propuestas ha incluido, asimismo, otras medidas relacionadas con la transparencia y la eficiencia en la gestión.
Susana Díaz ha incidido también en la importancia de la «financiación de los servicios públicos» y ha explicado que, por ello, no puede «abdicar de mi responsabilidad de exigir una financiación justa y adecuada».
En este sentido, la presidenta de la Junta ha calificado de «atropello» el reparto de los fondos de convergencia recogido en la liquidación del sistema de financiación autonómico de 2013 y ha asegurado que «no hay economista en este país que pueda explicarlo», porque «se quita dinero a los andaluces para dárselo a quien tiene menos desigualdad, menos paro y, por tanto, menos necesidad de convergencia y a quien además no había hecho los deberes» en el cumplimiento del objetivo de déficit, que sí logró Andalucía.
Por ello, la presidenta ha hecho un llamamiento a la unión de todos los grupos políticos en contra de esta liquidación, que obliga a Andalucía a devolver 426 millones de euros. «Vamos juntos a defender una financiación justa y adecuada», ha añadido Díaz, que se ha preguntado «por qué se quiere impedir que lleguen a Andalucía los fondos que le corresponden».
Susana Díaz ha abogado en el Parlamento andaluz por oír las opiniones de todos «sin dogmatismos ni prejuicios» y ha pedido a los grupos políticos que se despojen de «cualquier prevención partidista» y se unan para «actuar en beneficio de Andalucía».
A su juicio, los ciudadanos «no quieren cainismo» y desde instituciones como el Parlamento hay que estar «a la altura de lo que Andalucía necesita», pensando «no en las siguientes elecciones, sino en las siguientes generaciones».
No se trata, ha aclarado, «de abandonar la crítica, sino de que sea una crítica positiva, que estimule» en vez de ocuparse únicamente de intentar «destruir al adversario». Para Díaz, «la política del regate corto ya no vale» y por ello ha remarcado su intención de «seguir tendiendo la mano para todo lo que sea bueno para Andalucía».