Efectivamente. Vaya papeleta que tenemos los andaluces el próximo domingo. Después de varios meses de enfrentamientos, de reproches mutuos, de unos contra otros, de búsqueda de responsabilidades y de problemas, ahora la pelota esta en el tejado de los andaluces. ¡Ahora nos toca a nosotros!.
Sí, nos toca decidir sobre lo que hemos oído (muchas voces entrecruzadas); discernir entre el polvo y la paja, lo que ha sido fruto de la campaña y lo que pueden ser propuestas reales. Elegir entre lo que ha dicho uno y comparar con lo que ha propuesto otro, en definitiva ha llegado el momento de votar, decidir por una opción.
No cabe duda que este es el momento de la democracia. El momento de ir a votar, tener la oportunidad de decidir a quien doy mi voto porque su mensaje me haya gustado, porque es mas real que las propuestos de otros, o por mil razones, las que cada uno tenga a la hora de decidir.
Ya ha llegado ese momento. Ya no hay excusas, en unos días iremos a votar. Y esa debe ser la primera responsabilidad en democracia ¡ir a votar!. No podemos dejar que otros decidan por nosotros.
Cumplida esa primera premisa, la siguiente no es menos importante. ¿A quien votar?. La verdad es que hace bastantes años que no se nos presentaba una oferta tan amplia de opciones políticas, por lo que es lógico pensar que el ciudadano se muestre abrumado ante tanta oferta y al parecer, tan extrema, muy distinta y muy parecida, lo que hace realmente difícil decidirnos por una concreta y por ello, según las encuestas, el numero de indecisos es tan importante cuando estamos a las puertas del domingo.
Los criterios que cada uno utiliza al votar un partido político son muy diferentes, incluso diría que hasta muy personales. Unos se basan en la ideología para dar su voto y en esta pre-campaña esta claro que hay tres bloques fuertemente ideológicos, pertenecientes a la derecha, al centro y a la izquierda, aunque algunos hayan huido de identificaciones, la verdad es que sus propuestas les sitúan en uno u otro lugar.
En otras ocasiones son las propuestas las que hacen inclinar nuestro voto. En este apartado hay que decir que nuestros políticos no han sido especialmente novedosos. Ni los de un lado ni los de otro. A cuenta gotas han ido dejando propuestas deslavazadas, sin apenas conexión y que, en la mayoría de las ocasiones no ha sido claramente explicado cómo van a hacerse, que presupuestos las contemplan o que impuestos las soportan, por lo que son pensamientos dichos en alta voz y que precisamente por eso, distan de ser propuestas reales.
Algunos ciudadanos soportan su voto en la credibilidad del partido o las personas que lo representan. En este sentido debemos decir que la ante-campaña, pre-campaña y campaña ha sido un intercambio de insultos y reproches sobre quienes tienen mas que esconder. Y la verdad sea dicha, esta es la faceta mas amarga de estas elecciones cuando los ciudadanos comprobamos que algunos de nuestros políticos (la generalización es mala para todo), han estado a otras cosas más que a aquello que era su responsabilidad. Y hay que decir a voz en grito que todo lo que hemos vivido, conocido y está juzgándose, a pesar de ser tan enorme, no se puede extender a todos los políticos, pero lo cierto es que todo queda impregnado de la sombra de la duda y levantar esto se hace con transparencia, con rigor y denunciando las triquiñuelas y eso es lo que debemos pedir a quienes conformen el próximo parlamento de Andalucía. Que depuren las responsabilidades, los culpables asuman la suya y se dediquen a trabajar por, para y con los ciudadanos.
Sea cual sea la razón por la cual nos decidamos por una u otra opción política, debemos pensar en el futuro, que lo que decidamos el domingo va a ser una propuesta de futuro para nuestra tierra, para nuestra gente, para nuestros hijos, para nosotros mismos. Que no perdamos el horizonte y pensemos en Andalucía, en los andaluces y en lo que nos jugamos, y … ¡a decidir en libertad!.