LAS PLANTAS DE BIOMETANO Y LA MENTIRA DEL MILENIO (PARTE I) ¡AHORA SÍ PODEMOS!

 

Autor: Francisco García Montoya

(El autor es agricultor, licenciado en Ciencias Geológicas por la Universidad de Granada, doctorado en Botánica por la Universidad de Córdoba y Catedrático numerario de Bachillerato jubilado).

 

N. del A.: Para no hacer el escrito demasiado largo lo he fraccionado en varias entregas que irán siendo publicadas próximamente.

 

Se preguntarán qué tiene que ver una cosa con la otra. Pues sí, tienen relación, porque la expansión descontrolada y explosiva de plantas de biometano por toda la geografía española que estamos viviendo actualmente se apoya en lo que expertos científicos muchísimo más cualificados que el que escribe, entre los que se encuentran algunos premios Nobel, han llamado la gran mentira del milenio. Pero, ¿cuál es esa mentira? Consiste en sostener que el llamado paradigma del calentamiento global antrópico más tarde convenientemente sustituido por el paradigma del cambio climático antrópico es una verdad absoluta, sin fisuras e incontrovertible. Este falso paradigma repetido machaconamente por los medios de comunicación de masas, por la mayoría de los políticos y por numerosos “científicos” que sin pudor se han enganchado a las ubres de la Agenda 2030 generosamente regadas por los dólares de las oligarquías globócratas, como digo, este falso paradigma se ha convertido en una cuasi verdad para la inmensa mayoría de la sociedad occidental.

Incluso ya lo encontramos expuesto como una verdad en los libros de texto de ESO y Bachillerato lo cual es extremadamente grave porque sabemos que cuando un concepto erróneo consigue entrar como verdadero en los libros de texto es muy difícil eliminarlo de ellos aun habiendo demostrado su falsedad. Se trata de adoctrinar a los niños que dan por sentado que lo que contienen los libros de estudio es cierto, así, cuando crezcan, los conceptos erróneos estudiados como verdades serán tierra fértil donde arraigarán sin problema los falsos paradigmas 2030. En mi opinión no se trata de enseñar a las nuevas generaciones, sino de adoctrinarlas para que cuando crezcan formen parte del dócil rebaño borreguil en que pretenden convertir a la Humanidad.

Lo anterior viene a cuento porque en Cabra diversas empresas privadas tienen proyectado instalar dos plantas de biometano y cuando hemos podido leer las memorias justificativas para la solicitud del informe de compatibilidad urbanística que han presentado dichas empresas en el Ayuntamiento nos queda claro que sus pretensiones se basan en la gran mentira del milenio, es decir, en que el cambio climático está causado por la actividad humana, y mire usted por donde, porque emite mucho CO2 que es muy muy malo, malísimo. El CO2 supone escasamente el 0,04% del contenido de la atmósfera, pero es clave para la vida en el planeta. Es curioso que los poderes ocultos detrás de la malvada Agenda 2030 hayan elegido este gas para plantear su batalla contra la Humanidad. Será porque quieren parar el desarrollo de los países e impedir que los no desarrollados como los de África o América del Sur no puedan realizar su sueño: crecer, modernizarse desarrollarse. Será porque quieren bajar la concentración de CO2 hasta valores en los cuales la producción primaria del ecosistema planetario colapse y deje de producir suficiente comida para alimentar a la población humana lo que llevará a hambrunas, inestabilidad social, guerras y a una disminución drástica de la población, porque los machos alfa de la banda 2030, que se creen dioses, ya han dicho bien claro que somos muchos y es prioritario disminuir la población humana que según ellos se comporta como un lobo para el planeta. Será por ambas razones y algunas más.

Hemos leído las memorias presentadas a nuestros gobernantes locales para conseguir el visto bueno de sus proyectos y hay algunos aspectos de las mismas que me gustaría comentar. El primero de ellos es que ambas memorias aseguran sin siquiera despeinarse que los productos que salen de las plantas de biometano (en adelante los digeridos) no van a oler mal, asunto este que no solo es difícil de creer, es que además es increíble, serán las primeras plantas de biometano de España que no causen pestilencias. Como comenté en un artículo anterior hemos visitado la planta situada en las cercanías de Campillos (Málaga) y describimos la peste que desprende la planta como algo NAUSEABUNDO porque no huele a caca de vaca, cerdo o caballo, ni a gallinaza, es un mal olor indescriptible, una fetidez, una pestilencia nueva que te impregna la ropa y las fosas nasales. En los últimos días se ha proyectado en el canal de Atalaya TV (Avatel) la sesión informativa que los miembros de la Plataforma Stop Plantas de Biometano Cabra desarrollaron en la Barriada y pudimos ver dos vídeos con las declaraciones del alcalde de Casa Buenas (Toledo) y de la alcaldesa de Balsa de Ves (Albacete) que tienen cerca de sus pueblos sendas plantas de biometano y ya están experimentando los efectos del “progreso” y las energías “limpias”, esas que los gobernantes locales quieren traer a Cabra para que no perdamos el último tren hacia el futuro. En el caso de Casas Buenas la planta está en el término municipal adyacente, pero muy cerca de su localidad; en el caso de Balsa de Ves se trata de una macrogranja que construyó una planta de biometano con un único digestor para procesar los purines producidos por el ganado. En los dos casos los alcaldes en sus declaraciones coinciden con nosotros al asegurar que los malos olores son “NAUSEABUNDOS”, difíciles de clasificar y describir comparándolos con algún hedor conocido previamente, es algo nuevo.

La alcaldesa de Balsa de Ves afirma que cuando las empresas llegaron al ayuntamiento con el proyecto aseguraron que la planta no desprendería malos olores. Lo mismo dicen en sus memorias justificativas las empresas que pretenden instalar las plantas de Cabra, pero visto lo visto es para no creérselo porque lo que entra en estas instalaciones es, con todos los respetos, mierda y lo que sale (el digerido) es mierda elevada a la décima potencia.

Ambos alcaldes comentan que sus pueblos están perdiendo población porque eran lugares tranquilos a donde habían venido a vivir familias que buscaban tranquilidad, aire limpio y parajes naturales y sanos. La realidad es que desde que han venido las plantas de biometano con la milonga del progreso y las energía limpias y renovables la gente se está yendo de esos pueblos.

El mensaje que dan los dos alcaldes al resto de los pueblos de España es que “no permitan bajo ningún concepto que les pongan una planta de biometano cerca”. Así que, ¡dormilones egabrenses!, ahora se está decidiendo el futuro del medio ambiente de nuestro pueblo, se está decidiendo lo que vamos a respirar nosotros, nuestros hijos, nuestros nietos y las generaciones futuras. Una vez que estas infraestructuras estén instaladas y funcionando podremos llorar, patalear y protestar, pero no servirá para nada.

¡AHORA SÍ PODEMOS!

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