El pasado viernes, entre 60 y 70 vecinos de Huertas Bajas asistieron a una sesión informativa en la que se abordó el impacto de los proyectos energéticos previstos en la zona. La reunión sirvió para retomar, tras el verano, la conversación sobre las plantas fotovoltaicas y, sobre todo, para dar a conocer un tema poco conocido para la mayoría de los asistentes: la instalación de plantas de biometano.
Durante el encuentro se expuso información sobre proyectos similares ya en funcionamiento en municipios cercanos. Los vecinos pudieron ver testimonios en vídeo de ciudadanos y de una alcaldesa que relató cómo los técnicos de una de estas plantas ofrecieron inicialmente datos diferentes a los que después se llevaron a cabo. Según se explicó, una vez en marcha, la planta solicitó modificaciones para aumentar la cantidad de materias primas que se destinaban a la producción.
Las declaraciones sorprendieron a los asistentes, que en su mayoría confesaron desconocer el alcance de este tipo de instalaciones. Los organizadores explicaron que las plantas de biometano utilizan como materia prima residuos de todo tipo: purines de cerdos, estiércoles, lodos de depuradoras, desechos de mataderos y otros restos orgánicos en descomposición.

Las preocupaciones expresadas por los vecinos se centraron en los posibles efectos negativos para la salud, el medio ambiente y la calidad de vida. Se mencionaron, entre otros, los malos olores, la contaminación del agua y del aire, así como el impacto en la tierra agrícola.
La sesión concluyó con el compromiso de seguir informando a la población y de mantener un debate abierto y transparente sobre el futuro energético de la zona.














