Un total de 2.306 cordobeses han registrado su testamento vital desde que en 2004 se pusiera en marcha este derecho con el que cuenta la ciudadanía para expresar su voluntad en el momento final de su vida. Este instrumento posibilita expresar anticipadamente y decidir por sí mismos sobre la asistencia sanitaria y los tratamientos que desean o no recibir en caso de encontrarse en situaciones en las que no puedan manifestar su voluntad.
A través de la voluntad vital se expresa por escrito, de manera consciente, deliberada y libre, las instrucciones y opciones que habrán de observarse cuando se produzca cualquier circunstancia que impida al paciente tomar decisiones respecto a la atención sanitaria.
Para facilitar el uso de este instrumento la delegación de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de Córdoba ha habilitado una consulta por la tarde, en la propia delegación, para hacer más accesible el servicio y ofrecer una flexibilidad horaria. Así, en estos momentos, la administración cordobesa ofrece la cita en un tiempo medio de respuesta de un día.
Por otra parte, el pasado mes de marzo la Ley andaluza de Derechos y Dignidad de las Personas ante el Proceso de la Muerte cumplió un año desde su aprobación en el Parlamento autonómico. Una normativa que ha servido de base para la Ley de Cuidados Paliativos y Muerte Digna del Gobierno Central y para los procesos legislativos que han iniciado otras comunidades autónomas, como Navarra y Aragón.
Con esta Ley, Andalucía fue la primera comunidad del Estado en garantizar la protección de la dignidad de la persona en los últimos momentos de su vida y en asegurar la autonomía del paciente y el respeto a su voluntad, incluyendo la manifestada de forma anticipada en su testamento vital. Este derecho, además, viene recogido en el Estatuto de Autonomía de Andalucía.
Cuidados paliativos
En línea con la normativa de la Ley andaluza de Derechos y Dignidad de las Personas ante el Proceso de la Muerte, el Plan de Cuidados Paliativos de Andalucía persigue aliviar el sufrimiento, aportar dignidad y favorecer el apoyo psicoemocional y social que cada persona necesite en función de sus necesidades. Se estima que la población susceptible de recibir cuidados paliativos en Andalucía oscila entre un mínimo de 30.000 y un máximo de 60.000 personas.
En Córdoba, la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales ha implantado recientemente este plan en el Área Sur de la provincia de Córdoba para aliviar el sufrimiento, aportar dignidad y favorecer el apoyo psicoemocional y social que cada persona necesite en función de sus necesidades personales.
El Plan de Cuidados Paliativos cuenta con 8 líneas de acción que desarrollan un total de 86 medidas específicas que conforma un documento elaborado por medio centenar de profesionales y que ha contado, además, con la colaboración de asociaciones de pacientes y familiares, quienes han expresado cuáles son sus expectativas, necesidades e inquietudes ante una situación terminal.
Para favorecer la implantación de las medidas que desarrolla el Plan, el Hospital Infanta Margarita de Cabra (Córdoba) cuenta con un nuevo equipo de soporte mixto de cuidados paliativos referente para el sur de la provincia. Esta unidad coordinará y prestará apoyo a los profesionales sanitarios de atención primaria y especializada (Hospital de Montilla y de Puente Genil) para que, de forma integral y coordinada, se garantice la correcta atención al paciente.
Para ello, las profesionales que integran la unidad están visitando los centros sanitarios para formar a sus compañeros en cuidados paliativos a través de diversos niveles de estabilización: básica, avanzada, para profesionales de urgencias, habilidades de comunicación y talleres para voluntarios.
Apoyo psicoemocional
Asimismo, uno de los principales objetivos del Plan de Atención a los Cuidados Paliativos es la atención personalizada. Es decir, ofrecer un plan individualizado a cada paciente y a su familia o cuidadores, teniendo en cuenta una valoración física, psicoemocional, sociofamiliar, el sufrimiento, la calidad de vida de los últimos días y, por supuesto, la existencia o no del testamento vital.
En esta línea, se fomenta la participación activa del paciente en todas y cada una de las decisiones que se vayan tomando en relación a su atención y que esta participación se haga extensiva también a su familia, siempre dentro del respeto a las preferencias y a la autonomía del paciente.
Asimismo, se ofrece atención especial a los cuidadores de los enfermos terminales, a quienes se les otorgan herramientas que les ayuden a enfrentar el día a día, mejorar su conocimiento sobre los pasos que se van a ir produciendo, los recursos que tienen a su disposición o cómo pueden afrontar el duelo. Además, el Plan permite facilitar respiro familiar mediante la hospitalización del paciente en períodos cortos o en fin de semana en centros sociales o sanitarios.