La Policía Nacional desarticula en Málaga una red de trata con fines de explotación sexual y libera a 13 víctimas:
La red captaba a las mujeres en su país de origen, Nigeria y les imponía una deuda de 35.000 euros para cuyo pago eran obligabas a prostituirse en el polígono del Guadalhorce y en Fuengirola (Málaga).
Las víctimas eran sometidas a rituales de vudú o jujú para doblegar su voluntad, haciéndoles creer que si no obedecían los mandatos de sus captores, ellas o sus familias podían morir o enloquecer.
La organización estaba liderada por una mujer que actuaba como enlace entre España y la rama de la red asentada en Nigeria.