Aunque en algunos países no se considera una actividad deportiva, el culturismo ha crecido paulatinamente en nuestro país desde su introducción en la década de los setenta. Un deporte que, como cualquier otro, se entiende como un estilo de vida y que ha concebido a extraordinarios atletas nacionales.
Sin embargo, en España nadie se dedica al culturismo profesionalmente por la inexistencia de un sueldo que proceda de alguna federación o sponsor. Así lo asegura Rafael Priego, culturista egabrense con un palmarés envidiable, que decidió abrir un gimnasio y hacer de su afición un oficio. Superviviente a la crisis inmobiliaria y padre de dos hijos, se ha reinventado con tal propiedad que hace poco menos de un mes se alzaba con el bronce de Mr. Universo en San Marino.
– ¿Cuándo germinó en tu vida la idea o propósito de dedicarte al culturismo?
Cuando comencé a practicar este deporte tenía 17 años y era estudiante. Mi finalidad no era competir, ni mucho menos. Venía de practicar ciclismo. El gimnasio fue un apoyo para compensar el tren superior que siempre se quedaba atrás. Empezó a gustarme cada vez más tuve una evolución muy favorable y bastante evidente. Entonces se me planteó la posibilidad de competir y no me lo pensé. Fue en la competición provincial de Córdoba en 1996 y gané. Aquello fue quizá el punto de inflexión en el que me planteé este deporte desde otra perspectiva, ya no solo en una mejora de acondicionamiento físico sino que si tenía aptitudes y cualidades, pensé que hasta dónde podía llegar. En los campeonatos internacionales puede competir quien quiera, van los mejores de cada país. Quedar entre los diez mejores ya es un logro, estar en el pódium es un sueño. A día de hoy lo asumo pero cuando lo pienso me cuesta creerlo porque quién me hubiera dicho en años anteriores que iba a competir en algo así y con esos resultados.
– Imagino que esta trayectoria requiere un gran sacrificio.
Sí, pero es habituarte a un estilo de vida, esto es un modelo de vivir. Ahora que he terminado las competiciones, mi planificación de alimentación no es tan restrictiva pero como lo que necesito. Hoy hago entrenamiento de piernas que es el más duro de la semana, entonces como más cantidad de hidratos de carbono que mañana. Pero eso no quita que no lleve una planificación meditada. Sí que es cierto que si estoy en período de competición me llevo mi comida. Intento adaptar el culturismo a mi vida y no mi vida al culturismo. En este deporte los buenos resultados están muy relacionados con lo que comes diariamente. En el culturismo la finalidad es tener una piel no muy grasa, que no retengas mucha agua y que tengas el máximo volumen de músculo.
– Exigencia física, mental o ambas.
Los dos son importantes pero el más relevante, quizá, es el mental. Al final, ese es el que consigue grandes cosas porque cuando tu mente de dice basta, tu cuerpo puede un poquito más. En los momentos previos a una competición, que tu nivel de grasa y agua son mínimos, tu cuerpo está en estado de alerta constante porque hay una falta de energía importantísima, entonces se desencadena una serie de factores hormonales como el mal humor o el cansancio. Es necesaria esa fortaleza mental.
– ¿Hasta qué punto es beneficioso condicionar el cuerpo a ese estado de alerta?.
A nivel de competición, siempre con cabeza, merece la pena. Te expones al sacrificio que le estás pidiendo al cuerpo, los cambios hormonales o las alteraciones que se puedan provocar a nivel orgánico. Saludable no es pero ningún deporte llevado al mundo de la competición lo es. Por ejemplo, un atleta de anillas y que es magnífico. Seguramente, habrá sufrido muchas lesiones en el hombro y tendrá la articulación destrozada. Cuando tenga 30 años, todo eso que hizo para colgarse una medalla, y que son pocos los que lo logran, le pasará factura. Al final, uno lucha por competir a pesar de las secuelas que se puedan provocar porque el mundo de la competición es así. Yo tengo dos hijos y, evidentemente, por una medalla no me voy a jugar jamás la vida. Busco ese punto extremo que se premia pero siempre desde una perspectiva lógica.
– Como en otros deportes, se han dado casos de doping hasta el punto de poner en riesgo la propia vida. ¿Existe un culturismo libre de dopaje?
El doping se asocia mucho al culturismo pero yo me lo llevaría a cualquier deporte, sin equivocarme. No tengo la menor duda de que cualquier deportista que necesite concentración, fuerza o resistencia compitiendo a nivel amateur o profesional, use algún tipo de sustancia para mejorar esas capacidades. De hecho, el deporte de hoy en día a todos los niveles tiene detrás imágenes de sponsor e interés del público y eso genera dinero. Cuando se mezcla el dinero y el deporte prevalecen los intereses económicos. Es algo que va asociado a todos los deportes y dependiendo del tipo de deporte se usarán unas sustancias u otras. Es más, en la lista de sustancias dopantes hasta hace no mucho tiempo, la cafeína estaba incluida. Hay estudios de que si un atleta se tomaba cuatro o cinco cafés antes de una carrera hace diez años, daba positivo en los controles y estaba sancionado por dopaje. Hoy en día lo hacen y no pasa absolutamente nada. Es una realidad, desgraciadamente, de todo el deporte. Es una mentira preservada para no deteriorar una imagen a nivel de usuarios pero que todos los deportistas que nos movemos a nivel competitivo conocemos bien y entendemos que es así. Si algún día, en los deportes más seguidos como fútbol, baloncesto o ciclismo, los deportistas tienen el valor de ponerse frente a los medios a decir verdades, algunos que piensan que el deporte de competición es salud se les va a caer el mundo.
– Entonces solo existe el negocio, porque el doping desnaturaliza la esencia del deporte.
Además hay pruebas que lo evidencian. En los resultados de las olimpiadas de hace cincuenta años, las marcas son alcanzables. ¿Hay un atleta capaz de correr a cuarenta kilómetros por hora de media y hace cincuenta años no? ¿Hemos evolucionado en cincuenta años lo que no en 500? Es tecnología aplicada a personas que tienen unas cualidades físicas para eso. Pero siempre va a ganar el mejor, independientemente del consumo o no.
– ¿Alguna vez has pensado en coger ese atajo?.
Es que en este deporte no lo hay. Fundamentalmente, a la hora de competir, marca la diferencia el tiempo que inviertas a hacer las cosas bien. Una persona que durante un año decida coger atajos, jamás le va a ganar a alguien que lleve cinco o seis años entrenando. Eso es lo bueno de este deporte. Porque el llevar años entrenando y comiendo le da a tu piel y musculatura un aspecto distinto, más duro y con más dilatación. Eso se hace muy evidente delante de los jueces. Compito desde 2015 y las mejoras son importantes pero no significativas, compitiendo siempre con el mismo peso. Pero si te enseño fotos la diferencia está en pequeños matices como la piel o el músculo. Y eso es lo que marca la diferencia.
– El culturismo es un deporte que con el paso de los años ha ido ganando peso y espacio en nuestra sociedad, especialmente, entre los más jóvenes. ¿A qué se debe este crecimiento?.
Muy probablemente, a la facilidad que hay para competir. La pierna es el grupo muscular que más trabajo cuesta desarrollar en el culturismo. En esta categoría de principiantes, anteriormente se competía con un bañador slip. La Federación entendió que no era tan atractivo y cambiaron la normativa. Se taparon las piernas para valorar más la belleza y el conjunto estético. Entonces resulta muy atractivo y alcanzable en el escenario. Hay muchas federaciones y campeonatos en España y en cada una de ellas hay un campeón. Así hay veinte campeones de España cada año y eso se hace muy atractivo. Lo llevan a otro concepto, porque algunos aspiran a ser modelo y ganar mucho dinero. Por eso es muy atractivo para la gente que comienza.
– Desde un punto de vista sociológico, esto responde a un patrón artificial, un escaparate.
Sí, pero es lo que hoy toca. Tienes las redes sociales como prueba. Un escaparate personal para que sepan dónde estás o qué haces. Es algo que casa con la manera de pensar de hoy en día. Se buscan estereotipos que nos han vendido de la persona perfecta, con el cuerpo perfecto y una vida perfecta.
– ¿Cómo te preparas en las fechas previas a una competición?.
En realidad, el entrenamiento está supeditado a la cantidad de energía que se tiene en cada momento. En períodos de relajar y descansar el cuerpo me puedo permitir comer más cantidad de calorías. Intento que sean limpias como derivados del arroz, patata o batata. Con esa cantidad de calorías mi cuerpo responde al entrenamiento de otra forma porque mi cantidad de energía se dispara. Por lo tanto, ahora soy capaz de coger más peso y durante más tiempo. Cuando eso no ocurre, es decir, en el período cuando voy a competir, la reducción de carbohidratos y de grasa hace que mi energía disminuya. Lo que hago es adaptar esa estado energético al entrenamiento. Realmente, los culturistas adaptamos nuestro entrenamiento al período en el que estamos, según sea de competición o de volumen.
– Quinto mejor cuerpo en WABBA en Budapest, subcampeón en Estoril, bronce en el Mr. Olympia en San Marino. 2017 ha sido un año para el recuerdo.
Estoy contento pero a nivel personal tengo una espina del WABBA. Yo hago un protocolo antes de salir y llevo agua, amilopectina (no deja de ser un azúcar de asimilación rápida) y sodio para rehidratar mi cuerpo. Entonces, lo primero que se hidrata es el músculo y siempre lo hago una hora antes de salir al escenario. Desgraciadamente, no tuve la oportunidad de pesar el sodio, así que metí un poco más de cantidad y, además, la categoría se retrasó media hora. Eso provocó que parte de esa hidratación se me fuera a la piel y no pude llevar el mismo tono que días antes conseguí como subcampeón de España. Posiblemente, hubiera sido pódium si no se hubiera retrasado esos treinta minutos.
– ¿Qué imagen o emoción guardas en la galería de tu trayectoria?.
La tengo muy reciente. La imagen me viene del campeonato de Mr. Universo en el Casino de Estoril (Portugal) y el entorno, el escenario, la organización, el trato que nos dispensaron y los premios me dejaron impactado. No tengo dudas de que ha sido la competición en la que más he disfrutado y en la que más importante me he sentido. El escenario tenía una plataforma que desde abajo ascendía, la iluminación y la presentación. Me sentí una estrella en una competición espectacular.