Otorrinos del Hospital Reina Sofía recomiendan extremar los cuidados para prevenir la aparición de otitis en menores durante el verano

Redaccion

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Otorrinolaringólogos del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba recomiendan extremar los cuidados con los menores durante los meses de verano para evitar que sufran otitis externa, una patología que se puede prevenir si se evitan los baños en aguas de dudosa calidad y que se sitúa como una de las principales enfermedades que atienden los otorrinos en urgencias en la época estival.

Los especialistas apuntan que no se recomienda que los niños se bañen en aguas que no reúnan las condiciones higiénicas y sanitarias exigidas (por ejemplo pantanos o piscinas que no superen los controles recomendados). Además, los facultativos advierten que hay que tener especial cuidado con los pacientes predispuestos, como es el caso de diabéticos o inmunodeprimidos, ya que en ellos esta patología puede derivar en infecciones más severas.

La otitis externa es una patología banal que habitualmente se atiende en Atención Primaria y en Urgencias de los centros hospitalarios. En el caso del Hospital Reina Sofía, son los otorrinos que se encuentran de guardia quienes se ocupan del tratamiento de estos pacientes, que sólo en ocasiones muy excepcionales precisan ingreso hospitalario.

La otitis, tanto externa como media, es una enfermedad que se da fundamentalmente en la infancia debido a las características anatómicas y la susceptibilidad del sistema inmune de los niños que se caracteriza por la inflamación del conducto auditivo externo. Se estima que más del 60% de los lactantes sufrirá varios episodios en su primer año de vida y más del 90% en los primeros 5 años de vida.

500 pacientes

El complejo sanitario cordobés atiende cada verano a aproximadamente medio millar de pacientes por esta patología, que también se conoce como otitis del nadador o de las piscinas porque está muy relacionada con los baños durante el verano, ya que la humedad y el calor favorecen su aparición. Los principales síntomas de la enfermedad son dolor, supuración y pérdida de audición –que se recupera en su totalidad cuando la infección se ha controlado-, mientras que en las afectaciones más agudas pueden venir acompañadas de picor, fiebre y malestar general.

La otitis externa se clasifica en dos tipos según las causas que la provocan, que puede ser por bacterias (entre el 80 y el 90% de los casos, que son más dolorosas) y por hongos (entre el 10 y el 20% de los episodios, que producen un picor más intenso). Su tratamiento depende de la gravedad de la infección y del dolor. El primer paso es aspirar las secreciones mediante otomicroscopios para que la medicación basada en gotas de antibiótico penetre en el oido. Este tratamiento se administra de forma prolongada entre 5 y 7 días, que se amplía hasta los 7 a 10 días cuando el tratamiento es con gotas de antifúngicos. 

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