La Junta protege por catalogación directa 57 bienes patrimoniales de todas las provincias andaluzas

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La Consejería de Educación, Cultura y Deporte ha inscrito de forma directa en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz (CGPHA) 57 bienes de propiedad pública en todas las provincias. Cabe señalar entre estos elementos patrimoniales protegidos por catalogación instantánea el Teatro Villamarta de Jerez de la Frontera (Cádiz), el Cine Góngora en Córdoba, el Cementerio de San José en Granada, el yacimiento de Cerrillo Blanco en Porcuna (Jaén) o el Pabellón de México de la Exposición Iberoamericana de 1929 en Sevilla.

Estos 57 inmuebles han sido inscritos en el CGPHA como Bienes de Catalogación General en virtud de la disposición adicional sexta de la Ley 14/2007 de Patrimonio Histórico de Andalucía. Este precepto legal establece la protección para aquellos elementos, muebles e inmuebles, que forman parte del Patrimonio Histórico Andaluz (por su ubicación en Andalucía e interés artístico, histórico, arqueológico, etnológico, documental, bibliográfico, científico o industrial para la comunidad autónoma, incluidas las particularidades lingüísticas) y están en posesión de organismos públicos, tales como la Junta de Andalucía, las entidades locales y las universidades.

Al igual que la ley estatal dispone una protección especial directa para los castillos, abrigos con pinturas de arte rupestre o instituciones estatales como museos, bibliotecas o archivos y los bienes muebles en ellos custodiados, la Ley del Patrimonio Histórico de Andalucía contempla varias formas de protección especializadas e instantáneas, por ‘ministerio de ley’ o ‘ex lege’, siendo especialmente relevante, por su alcance, la que se recoge en la disposición adicional sexta, una modalidad de inscripción en el Catálogo directa para determinados bienes muebles e inmuebles que formen parte del patrimonio cultural andaluz y que cumplan los requisitos allí recogidos.

Hay que recordar que el CGPHA, en vigor desde su creación en 1991, es el instrumento fundamental de la administración cultural para facilitar la tutela jurídico-administrativa del patrimonio andaluz y contribuir al conocimiento y divulgación de los bienes que en él están inscritos. Se trata de un registro de pública consulta aunque sometido a las cautelas legales de los expedientes administrativos.

Actualmente se encuentran inscritos en el CGPHA un total de 57 bienes en virtud de esta disposición adicional sexta de la Ley14/2007 del Patrimonio Histórico de Andalucía, aunque la Consejería de Educación, Cultura y Deporte, en colaboración con las entidades locales y la universidades, trabaja para inventariar y poder registrar nuevos elementos.

Cinco bienes de Almería.

En la provincia de Almería están inscritos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz por esta fórmula cinco bienes, todos ellos de propiedad municipal. Son la Ermita de Jauro y la Ermita de la Virgen de la Cabeza en Antas; la Ermita de la Virgen de la Cabeza en Bédar; la Ermita del Calvario en Cuevas de Almanzora; y El Calvario en Pulpí.

Cabe destacar entre estos la Ermita de la Virgen de la Cabeza de Antas que, situada en un paraje del desierto del Pilarico, fue construida a finales del siglo XVI a 254 metros de altitud, lo que permite observar desde su mirador gran parte de la comarca del Levante, con el mar al fondo.

Por su parte, El Calvario de Pulpí se ubica sobre un cerro fuera del caserío, muy cercano al cementerio, donde se emplazan las cruces sobre peanas de piedra en torno a las cuales se ha habilitado un parque público con parterres que albergan diferentes tipos de plantas y árboles. La subida al Calvario se realiza por una cuesta de tierra, conformando un acto de tipo religioso muy representativo.

El CGPHA tiene asimismo inscritos en virtud de la disposición adicional sexta de la Ley 14/2007 de Patrimonio Histórico de Andalucía seis bienes de Cádiz, que son tanto propiedad municipal como de la Junta. Se incluyen así los edificios de El Olivillo y la antigua Escuela de Náutica en Cádiz; el Convento de Santo Domingo el Real en Jerez de la Frontera y el Mercado Central de La Línea de la Concepción.

La Junta ha protegido también el Monumento a Moret, uno de los principales exponentes de escultura monumental en España y ejemplo de escultura urbana no religiosa en la ciudad de Cádiz, a la vez que una de las obras más significativas del escultor Agustín Querol.

Por su parte, el Teatro Villamarta, en Jerez de la Frontera, supone un aporte singular a la fisonomía tradicional del núcleo urbano de la localidad. Se construyó sobre el solar del desaparecido convento-hospital de la Vera Cruz, por iniciativa del marqués de Villamarta, del que toma su nombre. El inmueble, obra del arquitecto Teodoro Anasagasti, presenta un carácter ecléctico derivado de las corrientes vanguardistas de principios del siglo XX, combinadas con la tradición regionalista predominante en la zona.

Pósitos y tercias de Córdoba

En la provincia de Córdoba hay inscritos en el CGPHA 24 bienes al amparo de la disposición adicional sexta de la Ley 14/2007, que les otorga como régimen de protección la catalogación general y cuya propiedad pertenece a los ayuntamientos, Universidad de Córdoba y Junta de Andalucía.

Entre estos elementos patrimoniales hay que señalar los pósitos y tercias (inmuebles donde se depositaban los diezmos) ubicados en la provincia de Córdoba. Bajo este tipo de protección se han incorporado al CGPHA trece pósitos y dos tercias por ser de propiedad municipal. Son bienes que destacan por sus valores dentro de la arquitectura destinada al almacenamiento de productos para el consumo humano, fundamentalmente trigo, olivo y vid, por lo que ofrecen un interesante panorama de la arquitectura protoindustrial en Andalucía.

Entre los pósitos se incluyen el de Aguilar de la Frontera, Añora, Belalcázar, Bélmez, Bujalance, Córdoba, Dos-Torres, Espiel, Iznájar, Pozoblanco, La Rambla, San Sebastián de los Ballesteros y el de Villanueva de Córdoba. Asimismo, las tercias inscritas son las situadas en Morente (Bujalance) y Palma del Río.

Igualmente, se han protegido el Anfiteatro Romano de Córdoba, propiedad de la Universidad; el Jardín de la Alameda del Obispo, también en la capital cordobesa y perteneciente al Ayuntamiento; el Rectorado de la Universidad; el Castillo de Montilla, de propiedad municipal; el Silo de Córdoba, perteneciente a la Junta; la portada del antiguo Convento de San Basilio Magno en Posadas, de titularidad municipal; y la Residencia municipal Rodríguez Varela en Puente Genil.

Por su relevancia hay que destacar asimismo el Cine Góngora, en Córdoba, cuya propiedad pertenece al Ayuntamiento. Este inmueble, ubicado en un vial del centro histórico, adquiere especial relevancia por conectar la zona de la Mezquita y Judería con el nuevo centro de la ciudad, que gira en torno a la plaza de las Tendillas. Es una de las pocas muestras del racionalismo arquitectónico en Córdoba, que conjuga una apariencia mediterránea en su fachada y un interior de estilo modernista y sobrio.

La relación de bienes protegidos por catalogación directa en Córdoba se completa con la Casa de las Columnas de Santaella (Córdoba), cuyo título de propiedad corresponde al Ayuntamiento y constituye un ejemplo interesante de arquitectura palaciega barroca. El edificio responde a los esquemas característicos del barroco cordobés en la primera mitad del siglo XVIII.

Cementerio de San José en Granada

En la provincia de Granada figuran cinco bienes que son
tanto de propiedad municipal como autonómica: los Baños Árabes de Dólar (Ayuntamiento), el Banco de España en Granada (Junta de Andalucía), la Fábrica Nuestra Señora de la Cabeza en Motril (Ayuntamiento), el Cementerio de San José del Ayuntamiento de Granada y la Azucarera Nuestro Señor de la Salud de Santa Fe.

La simbología del lugar, los valores etnográficos y sociológicos de los enterramientos, la lectura histórica de sus recintos y conjuntos escultóricos justifican sobradamente la inscripción del camposanto granadino. Además, sus esculturas constituyen un ejemplar testimonio de la cultura funeraria desde comienzos del siglo XIX, mientras que la vegetación trasciende la mera función ornamental para dotarse de una simbología propia que aporta valor cultural al lugar y cuya protección resulta imprescindible para la correcta lectura de la necrópolis.

Por su parte, la Azucarera Nuestro Señor de la Salud de Santa Fe, cuyo título de propiedad corresponde al Ayuntamiento, destaca principalmente por su valor histórico y por ser un claro referente de cultura económica del siglo XIX. El inmueble responde a los modelos constructivos de la arquitectura industrial francesa y suma valores paisajísticos como conformador del paisaje de la vega, en el que las construcciones fabriles, caminos, acequias y el trazado el ferrocarril permanecen aunque la estructura agraria se haya transformado.

Alameda de Capuchinos en Jaén

De la provincia de Jaén se han inscrito siete bienes. En Baeza están las ruinas de la iglesia de San Juan Bautista, que los historiadores consideran que fue en su época el templo tardo-románico más importante de la ciudad, y el antiguo palacio Episcopal de Baeza, adquirido por la Junta en 1983 y sede actualmente del Centro de Formación Feminista Carmen de Burgos.

También se han incluido el Matadero Municipal de San José, en Linares; el yacimiento de Cerrillo Blanco, en Porcuna; El Sequero, antiguo secadero de piñas de pino, en Siles; y el Balneario de Marmolejo.

El listado se completa con la Alameda de Capuchinos, también conocido como parque de la Alameda, y cuya propiedad corresponde al Ayuntamiento de Jaén. Este lugar constituye un espacio público y de esparcimiento que en la actualidad se ubica en pleno centro urbano. En el siglo XVII se funda en la zona el convento de Capuchinos, de donde toma su denominación, convirtiéndose durante ese siglo en el paseo de moda de la ciudad. La configuración actual de la Alameda ha sido además un referente para otros parques de la provincia, y su importancia urbana y social a lo largo de la historia de Jaén jus-tifican su tutela.

El Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz recoge asimismo cinco bienes de Málaga: la Casa de los Diezmos, en Canillas de Aceituno (propiedad del Ayuntamiento); el Mercado de Salamanca, en Málaga (propiedad municipal) y tres trapiches, o molinos para la extracción de jugos, ubicados en Marbella y pertenecientes al Ayuntamiento.

Tres trapiches de Marbella

Los inmuebles denominados Trapiche del Prado, Trapiche de Guadaiza y Cortijo de Miraflores constatan el establecimiento preindustrial de la fabricación y producción de azúcar, industria fundamental en el siglo XX para conocer la historia social y económica del lugar, previo al despegue de su industria metalúrgica. En el caso del Trapiche de Guadaiza, el inmueble es, además, un elemento conformador fundamental del proceso histórico de creación del poblado o colonia agrícola de San Pedro de Alcántara.

Por último, en la provincia de Sevilla se ha otorgado el régimen de protección como catalogación general a cinco elementos patrimoniales. El conjunto está conformado por la antigua casa Consistorial, en Almadén de la Plata, y la antigua Jefatura Superior de Policía y el Jardín Americano y los Jardines del Guadalquivir, de la Isla de la Cartuja, en Sevilla. Todos son de propiedad municipal.

Jardines del Guadalquivir

Los Jardines del Guadalquivir están compuestos por un conjunto de espacios singulares, que superan los 70.000 metros cuadrados, creados como solución a la explanada delantera del Pabellón del Futuro para la Exposición Universal de 1992. El espacio se compone de una serie de pequeños jardines, donde se conjuga la vegetación con esculturas, fuentes y glorietas. La reapertura de este parque supone la puesta en valor del conjunto de zonas regeneradas entre el Puente del Patrocinio y el Puente del Alamillo, entre las que se incluye también el Jardín Americano y el paseo de ribera que discurren junto al cauce histórico del Guadalquivir, desde el barrio de Triana hasta el Parque del Alamillo.

Los bienes catalogados en Sevilla se completan con el Pabellón de México de la Exposición Iberoamericana de 1929, cuya propiedad corresponde a la Universidad de Sevilla y que es el mejor representante del indigenismo en el citado evento internacional. Este movimiento se basa en la búsqueda de elementos históricos que permitan establecer una arquitectura nacional, estilo que convivió con los historicismos europeístas. El arquitecto Manuel Amábilis Domínguez, arquitecto del pabellón, fue seguidor de esa tendencia, introduciendo en sus proyectos reflexiones formales elaboradas a partir de su conocimiento de la arquitectura azteca y de las culturas del Yutacán.

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